—Adelante, pase, dígame qué le angustia.
—¿Cómo sabe que me angustia algo?
—Si no no habría usted venido a la consulta del psicoanalista. Además, a todo el mundo le angustia algo. Bueno, y está usted llorando a moco tendido.
—¡Doctor, es espantoso! ¡Algo terrible va a pasar! ¡Por el amor de dios, ayúdeme, se lo suplico!